Seamos sinceros, ¿a quién no le gusta Spiderman? Joven, chistoso, poderes increíbles y las chicas se pirran por él. Pero aún subo más ¿a quién no le gustan las historias sobre misterios y nazis?. He de confesar que en este canal somos unos enamorados del género pulp: guerras de gánsters, ley seca, blanco y negro y una femme fatale que te espera en el despacho con una pistola en la mano. Son tiempos complicados para el género pulp y no mucha gente investiga este tipo de temáticas (prácticamente desde el Sin City de Frank Miller). Afrontamos así una reseña del último cómic de Spiderman Noir de Marvel.
La escena es la siguiente: una ciudad inmersa en la guerra de bandas, garitos clandestinos por toda la ciudad y una población que acaba de escapar de una guerra mundial y se ve abocado a otra, son los años 30 del siglo XX. Todo ello regado con la mejor música jazz ¿qué le faltaba a esos increíbles años para redondear sus historias? “superhéroes” debió de pensar la casa de las ideas. Así fue cómo nace la línea exclusiva “Noir”, que sitúa alguno de los superhéroes más característicos del sello Marvel hasta nuestros días en dicha época. De todos estos héroes que protagonizaron estas historias, fue el asombroso Spiderman quién, gracias a los eventos del Spiderverse, consiguió ganarse un rinconcito en las tiendas y, como no, en nuestras estanterías.
Dentro de los héroes arácnidos de universos paralelos creados a lo largo de estos años, el carisma de Spiderman Noir le ha llevado a ser uno de los más representados en las páginas de Marvel, desde las líneas de Spiderverse que contábamos, hasta videojuegos o películas (inolvidable la interpretación de Nicolas Cage en Into the Spiderverse).
Frente a los primeros números de esta línea (Spiderman Noir y Los ojos sin rostro), en los que la temática era el género noir por excelencia: femme fatale, un joven reportero con poderes superarácnidos, una historia de venganza y una Nueva York al borde del colapso, hogar de nuestro héroe preferido; en este último cómic de Spiderman Noir asistimos a un giro inesperado en las aventuras de este detective.
De forma inesperada, la acción se traslada fuera de Nueva York e incluso de los Estados Unidos. Nuestro héroe investiga un asesinato en torno a una antigua pieza arqueológica sucedido en La Gata Negra, obligará a Parker a continuar la investigación al otro lado del charco. La premisa cambia completamente a partir de la portada: nuestro héroe, con gabardina y sombrero que acompañan la máscara, apoyado en una gárgola sobre un lienzo carmesí en el que las sombras proyectan: la chica, antiguos monumentos europeos y nazis. Una escena de pelea de un joven Parker sin disfraz enmarcada por los distintos personajes en color rojo coronado por Spiderman en negro bañado por la luz de la luna. Una estructura que imita los carteles de los grandes clásicos del cine noir de los años 40 y 50.
Una vez abrimos este último cómic de Spiderman, poco a poco empezamos a encontrar sustanciales diferencias. Si bien la atmósfera sigue siendo la misma que la que encontramos en los dos primeros números, los lápices de Juan Ferreyra cambian el tercio del apartado artístico, presentando una atmósfera en blanco y negro esta vez a todo color. Una ambientación sepia, agobiante, como si estuviéramos viviendo en un viejo periódico; iluminada por breves trazos de luz atravesando una vieja persiana, que enmarcan unas escenas de acción trepidante. Estas escenas, lejos de sentirse oprimidas por las limitaciones temporales y de escasa modernidad, se encuentra a sus anchas mostrando un spidey si no violento, sin contemplaciones.
¿Os gustan los planos secuencia? ¿Creéis que solo son posibles en medios como el cine o los videojuegos? En este volumen, Juan Ferreyra nos demuestra que todo es posible en los cómics incluída esta ¿viñeta secuencia?
Estamos ante una historia nueva, que reivindica a este Spiderman como algo más allá de la simple caricatura, alejado del personaje casual y divertido de un universo paralelo para adornar al Peter Parker de Tierra 616. En este tercer volumen, la versión Noir de Peter Parker se posiciona como un nuevo héroe del universo Marvel, no sólo del Universo Spiderman.
Los homenajes se suceden en esta obra que bebe de grandes clásicos del cine de los 80: ese magnífico mapa transatlántico con nuestro héroe montado en un avión al puro estilo Indiana Jones
Por supuesto, no faltan unos de los atractivos principales de estas series o mundos paralelos, como es la introducción de otros personajes del universo Marvel, pudiendo ver cómo se han desarrollado en esta realidad. No hablamos sólo de personajes arácnidos como son el entorno del superhéroe o sus villanos, sino también de personajes del mundo Marvel con los que entrelazará su destino llegados al final de la obra.
Por último, Margaret Stohl, la guionista encargada de este último cómic de Spiderman, lleva a cabo un final redondo para esta nueva versión del trepamuros, que ligará para siempre con los eventos del Spiderverse, dándole una continuidad y una legitimidad propias.
Sin querer hacer spoiler y como lo que quiero es que lo leáis, termina aquí esta humilde reseña que espero que haya hecho justicia al personaje.
Por último aportamos aquí algunos datos rápidos de la edición. En este caso publicado por Panini Cómics en una edición de tapa rústica y 120 páginas, su precio es de 13,00€.
Puntos de venta:
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